martes, 28 de octubre de 2014

RELATOS SALVAJES

AÑO: 2014

PAÍS: Argentina.

DIRECTOR: Damián Szifrón. 

REPARTO: 
Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Oscar Martínez, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, Osmar Núñez, Nancy Dupláa, Germán de Silva, María Marull, Marcelo Pozzi, Diego Gentile, María Onetto.

GÉNERO: Comedia negra. Drama. 

El otro día, después de haber leído tantas buenas críticas, me arriesgué e invertí mis ocho euros cine-semanales en ver una película que por su estructura narrativa no me llamada mucho la atención: Relatos Salvajes, de Damián Szifrón, producida en parte por nuestra querida productora almodovariana, El Deseo. 

Afortunadamente, dicha inversión resultó todo un éxito, tan grande, que se ha convertido en una película digna de ser comprada para formar parte de mi colección de películas que volveré a ver algún Domingo cualquiera en el precioso sofá de mi acogedora casa. 

Si es que el cine no es más que eso... en las salas comerciales todos los "espectadores" son unos pesados, y normalmente, el peor siempre suele ser el de atrás, sí, el que además es el tardón de turno que llega con la novia, ambos cargados de palomitas, coca-cola, nachos con queso y el peluche kilométrico de la sala de juegos del centro comercial. No suelo odiar mucho a la gente, en serio, pero este tipo de situaciones me sobrepasan, me irrita ver cómo a veces mi inversión se va al garete por un fatigoso individuo que si no comenta in situ no disfruta. 

Tomemos como referencia los conceptos de irritación, de odio, de venganza y de pérdida de control. Si alguna que otra vez hemos experimentado estos sentimientos -estoy seguro de que sí- entenderemos la filosofía de Relatos Salvajes, donde se nos explican seis mini historietas, -inspiradas en Los cuentos Asombrosos de Steven Spielberg- protagonizadas por un elenco de actores argentinos que interpretan situaciones y experiencias basadas en dichos sentimientos reales. Todas las historietas acarrean consecuencias letales y fatales: el fuego de la venganza que despiertan los seres malignos y tóxicos que han fastidiado parte de tu existencia no trae nada bueno para aquéllos, el fuego de la venganza que despierta la infidelidad no trae nada bueno para él/ella, las multas injustificadas sacan lo peor de uno mismo, el insulto genera explosiones de odio y malestar, una ruptura indeseada conlleva un trauma, etc. 

¿Dónde está el origen de todo ello? ¿Dónde nace la maldad que tanto se expresa en nuestro día a día? ¿Cuáles son los motivos que nos impulsan a ser tan violentos como salvajes? Szifrón habla de ello con mucha claridad, sin idealismos ni metáforas, dando a conocer el modus operandi de los ricos y los pobres.

Los personajes de Szifrón dibujan el proceso de calma a caos, de civilización a barbarie, con absoluta maestría, obligándote a cambiar constantemente de posición, de ideas, y dándote a menudo una lección tan realista como la zapatilla de una madre: La sociedad y el sistema sólo te escuchan cuando lo has perdido todo. Y esta es su cinealidad, sin duda, la de hacer que nos sintamos identificados con determinadas situaciones trágicas que la vida -el lado más cabrón de la vida- nos depara. Explicadas, eso sí, de una forma tan divertida que a menudo provoca risa cuando teóricamente no toca.








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