lunes, 12 de octubre de 2015

WHIPLASH

AÑO: 2014

PAÍS: EEUU

DIRECTOR: Damien Chazelle 

REPARTO: Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa Benoist, Paul Reiser, Austin Stowell, Jayson Blair, Kavita Patil, Kofi Siriboe, Jesse Mitchell, Michael D. Cohen, Tian Wang, Jocelyn Ayanna, Tarik Lowe, Marcus Henderson, Keenan Henson

GÉNERO: Drama. 

Suena Elephant Gun de Beirut. Cada vez que llega su turno en mi siempre reproducción aleatoria de Spotify no puedo evitar ponerme cachondo... escuchando atentamente cada una de las notas tan perfectamente encadenadas de este indie folk del 2007. 

Nadie podría decir que una melodía interpretada por un cúmulo de rebeldes trompetas como estas, no es capaz de amodorrarte de placer en tu asiento, de provocarte un orgasmo en cada rincón de tu alma, de follártela a su antojo, sumiéndote a su condición de todopoderosa. 



En efecto, la música es capaz de dominarte y de lanzarte al abismo con impulso porque tiene la sinvergüenza capacidad de penetrar en tus emociones y despertarlas para jugar con ellas, es capaz incluso de traerte recuerdos y paseártelos por la cara como si fuesen sus propios perros. 


Aún así, no hay nadie que no sienta pasión por la música, y eso la hace inmortal. Intentar estar por encima de ella sin asumir honestamente que es prácticamente imposible conocerla al 100%, puede llegar a traer consecuencias negativas. La música es como las personas, genera conflictos que sólo pueden solucionarse con desprendimiento e integridad... 

La historia de Andrew Neiman (Milles Teller) y Terence Fletcher (J.K Simmons)en Whiplash podría ser un ejemplo clarísimo de este tipo de "relación imposible" entre el ser humano y la música: Andrew, como estudiante de batería que alberga sueños de grandeza, consigue que el distinguido Terence sea su profesor de Jazz en el Conservatorio Musical de la Costa Este. Dicho anhelo de grandeza se ve vulnerado por un profesor con un método de enseñanza excesivamente severo cuyos oídos no aceptan nada que no sea la absoluta perfección, o mejor dicho, su propia idea sobre la perfección. 



La vida del alumno y su idea sobre el esfuerzo cambiará para siempre a raíz de esta relación en la que la Música, bajo el trepidante ritmo de una batería inagotable, ocupa el lugar más privilegiado de todos... Tan sólo los nuevos aprendizajes de Andrew sobre el sacrificio y la honestidad, serán capaces de acercarle al cenit de la grandeza. 



Sin embargo, entre gritos desalmados y chorros de sudor, la música se recrea siempre como Suprema, riéndose en la cara de los humanos y haciéndoles sangrar el cuerpo y el alma como precio de entrada a su edén... a un nirvana elegante y momentáneo, fugaz como las trompetas de Beirut en Elephant Gun.