lunes, 28 de octubre de 2013

Capelito, un héroe épico

Capelito, una risueña y tesonera seta con la capacidad de cambiar la forma de su sombrero con tan sólo tocarse la nariz, es el protagonista desde el 2005 de una serie de episodios cómicos de animación infantil sin diálogos, series tejidas bajo la técnica de stop-motion: método complejo, que consiste en la consecución constante de fotogramas con objetos cambiados progresivamente de lugar en el espacio fotografiado para así crear movimiento y en consecuencia ilusión óptica. 

¿Todos conocen a Pingu verdad? Pues bien, ni él, ni Mic, ni Tinki Winki, ni tan siquiera el mismo Pocoyó tienen nada que envidiar a Capelito. Este proyecto de Rodolfo Pastor ha sido capaz de dar vida a un personaje que a mi parecer constituye una pieza fundamental en el puzzle de la animación infantil educativa y la pedagogía del ocio, no sólo por la tan definida y a la vez sencilla caracterización física y psicológica de los personajes, también por su manera de proceder ante una vida llena de metáforas y secretos. No es de extrañar que este estudio haya ganado multitud de premios a nivel internacional. 

Episodio Capelito Pintor, leyendo sobre Picasso y Miró
¡Y es que Capelito quiere ser de todo! jardinero, pintor, cineasta, inventor, médico... adaptando en cada una de las profesiones su cambiante sombrero a las circunstancias que se requieran. Cuando vi algunos de los capítulos en la sala Chomón de la Filmoteca de Cataluña, rodeado por un sinfín de niños ilusionados con las hazañas se su personaje, pude entender tan claramente cuáles eran las moralejas que Rodolfo Pastor quiso transmitirles que, sin quererlo, no pude remediar sentirme uno de tantos. El valor de la historia, de nuestro pasado más remoto, de la ciencia, del arte, la magia de la poesía y el retrato del genio incomprendido, el poder de la amistad y la libertad, el respeto por la naturaleza y el entorno o la importancia de la lectura y el estudio son algunos de los más poderosos contenidos que aparecen intrínsecos en las entrelíneas de estas excelentes aventuras, contenidos que no pasan para nada desapercibidos. 

Sin duda, uno de los episodios más divertidos es el de Capelito cineasta, donde un grupo de pequeños hongos y Capelito se las ingenian para llevar a cabo una "película épica" con unos trucajes muy bien resueltos gracias a su trabajo en equipo. Es curioso el efecto hipnótico que provoca la iluminación de los ojos del Dragón, así como también el sucinto detalle, que ya apareció en "The Purple Rose of Cairo" de Woody Allen, que los mini-champiñones y Capelito hacen: animación sobre animación y cine sobre cine: 



No es para nada azarosa la elección de este tema como segunda actualización del blog Wonderland, considero que la enseñanza y la educación deben ir de la mano de este tipo de materiales audiovisuales, puesto que tienen la increíble capacidad de entrar en la curiosidad, el intelecto y la imaginación de los niños con mucha facilidad. Y ligados a unos contenidos visuales y temáticos en harmonía con los currículums de la etapa infantil, e incluso el ciclo inicial de primaria, componen una herramienta fuerte y sólida para su aprendizaje y entretenimiento, una herramienta que permite trabajar en un campo extenso de posibilidades que no se limitan sólo al conocimiento de la serie en sí, puesto que los aspectos cinematográficos pueden sugerir otras oportunidades de enfoque pedagógico, cómo por ejemplo, uno que la Filmoteca de Cataluña supo resolverme muy bien... ¿Qué técnicas de animación usa Rodolfo Pastor para llevar a cabo tal obra de arte? Pues bien, aquí tenemos la respuesta:


¿Parece sencillo eh?