domingo, 17 de agosto de 2014

MEJOR... IMPOSIBLE

AÑO: 1997.

PAÍS: EEUU.

DIRECTOR: James L. Brooks

REPARTO: 
Jack Nicholson, Helen Hunt, Greg Kinnear, Cuba Gooding Jr., Skeet Ulrich, Shirley Knight, Jesse James, Lawrence Kasdan, Yeardley Smith, Lupe Ontiveros, Maya Rudolph, Tara Subkoff, Lisa Edelstein, Jamie Kennedy, Harold Ramis, Julie Benz.

GÉNERO: Comedia. 

Transtornado. Obsesivo. Compulsivo. Desagradecido. Irritante. Insensible. Exagerado. Tiquismiquis. Homofobo. 

Estos son sólo algunos de los muchos adjetivos que podrían atribuirse a la personalidad de Melvin Udall (Jack Nicholson) en esta famosa película que nunca me canso de ver. 

No todas las películas tienen mis elogios, en este blog puede parecer que todo lo que veo me encanta, pero en realidad es todo lo contrario: de todo lo que veo, muy poco me gusta, pero lo poco que me gusta suele gustarme de verdad. 

Hablemos del verbo Gustar. 

¿Qué pasaría si nada te gustase lo suficiente porque eres incapaz de definir el verbo amar en todas sus facetas? 

Mejor... imposible gira en torno a esta pregunta. Melvin es incapaz de definir este verbo porque tiene el corazón más duro que una Diorita. Se trata de un personaje muy impasible en contraposición a la caracterización psicológica de Carol Connelly (Helen Hunt) y Simon Nye (Greg Kinnear) vulnerables a los problemas y capaces de llorar y expresar sus conflictos abiertamente. 

El Blanco y el Negro se hacen visibles, mostrando una cara A, llena de desprecio, manías y trastornos, y una cara B, llena de alegría, trabajo y metáforas. La cinealidad de la película es sin duda la forma de compensarlo, dando cada vez más importancia al paulatino cambio psicológico de Melvin gracias a la acción de sus nuevos amigos y un risueño perrito que le inyectará la primera vacuna, la principal y más importante dosis de amor y cariño, remarcando la importancia en su dulce veneno de la compañía durante nuestra existencia. 

Ya lo dijo Hubert Ries "Cuando hay un perro cerca, las personas se vuelven más humanas".

Melvin llegará a ser un Superhombre en este Eterno Retorno que es la vida, capaz de escuchar a los demás, "queriendo ser mejor persona" alejándose de sus tabúes y obsesiones, mejorando sus besos y su gusto por ellos, acogiendo al necesitado y haciéndonos cambiar, a nosotros los espectadores, nuestra opinión sobre él: "Melvin en realidad es un trocito de pan de nube tostadito"  

Sólo le faltaba... eso... amar un poquito. 









jueves, 14 de agosto de 2014

REVOLUTIONARY ROAD

AÑO: 2008.

PAÍS: EEUU.

DIRECTOR: Sam Mendes. 

REPARTO: 
Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Kathy Bates, Michael Shannon, Kathryn Hahn, David Harbour, Dylan Baker, Richard Easton, Zoe Kazan, Jay O. Sanders, Max Casella, Ty Simpkins

GÉNERO: Drama. 

¿Qué hubiese pasado si Jack hubiese cabido en el trozo de madera en medio del Atlántico? ¿Qué tipo de vida hubiesen llevado Rose y Jack si hubiesen bajado juntos del Titanic? ¿Hubiese continuado eternamente ese amor incondicional, lleno de pasión, juventud y belleza? 

No. Hubiesen tenido problemas, como los tenemos todos. Hubiesen tenido que cambiarle los pañales sucios a su hijo y fregar platos como todos, solucionar disputas como cualquier pareja y soportar la rutina de la convivencia. Sino que se lo pregunten a Sam Mendes, un director de cine capaz de cargarse todo ese romanticismo excelso con tan sólo una frase, pronunciada por April en "Revolutionary Road": 

"Míranos, hemos caído en el mismo ridículo engaño: eso de tener que renunciar a la vida, sentar la cabeza al tener hijos" 

En efecto, es una película devastadora por tratar temas tan delicados como son los sueños o las frustraciones, eso que a menudo todos los humanos tenemos pero que intentamos ocultar por miedo o vergüenza. Resolverlo y retratarlo con tanta maestría es su cinealidad

Los Wheeler, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, parecen una pareja ideal, enamorada, que busca una soleada casita por Connecticut para criar a sus retoñitos entre césped y nubes de algodón. Toda su vida gira en torno a la búsqueda de la estabilidad, olvidándose que las soluciones que encuentran para forjar estructuras y normas no hacen más que alejarles de su espíritu primitivo: vivir, ser lo que uno realmente desea ser, sin ningún tipo de careta, caretas que nos hacen parecer payasos por querer mostrar constantemente lo muy felices que somos con todo lo que tenemos, cuando a menudo todo eso que tenemos y mostramos es lo que más infelices nos hace. 

¿Existe un equilibrio entre las posesiones materiales y la felicidad? ¿En qué medida necesita el ser humano tener exceso de pertenencias y recursos para vivir sin sentirse esclavo de ello, asegurarlo todo, y dejarse 3/4 de la nómina? ¿Es la riqueza o el ansia de tenerla lo que nos hace ver el mundo en el que no vivimos más exótico y atractivo? ¿Cuál es la solución para no convertir algo tan bonito como es un sueño en algo tan feo como es una frustración? 

Sólo se me ocurre una cosa: tener mucho cuidado. 










viernes, 1 de agosto de 2014

WAR HORSE

AÑO: 2011.

PAÍS: EEUU.

DIRECTOR: Steven Spielberg. 

REPARTO: 
Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan, Niels Arestrup, Tom Hiddleston, David Thewlis, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Kros.

GÉNERO: Bélico, Drama. 

Michael Morpurgo escribió una novela excelente, de la cual nació esta maravillosa película que tuve la ocasión de ver ayer en la Sala Chomón de la Filmoteca de Cataluña, una película cargada de emociones,sentimientos para nada cursis, al compás de John Williamns en estado puro, y cuyo protagonista es un caballo llamado Joey que se ve obligado a pasar de mano en mano durante la Primera Guerra Mundial como Caballo de Guerra. 

Me gustaría poner énfasis en este actor animal. Es sin duda alguna la genialidad de la película del Gran Spielberg. Considero genuina la estrecha relación entre Jeremy y Joey, el silencio de su diálogo y el poder de sus miradas, enmarcadas en un espléndido escenario lleno de luz y color, aunque las nuves negras que se avecinan presagien la llegada de un turculenta guerra que encaminará a los protagonistas a un viaje emocional... A un laberinto lleno de mensajes despiadados, compasión, ratas, hambre, amistad, trincheras, amor, apuestas, etc., todo ello en el mismo saco, mezclado sin razón alguna. 

Por fin un homenaje de verdad a todos los caballos que murieron en las Guerras... Un elemento a menudo accesorio en las películas de género bélico.   

Sin duda, Joey es un caballo que emociona, sobre todo a aquéllos que hemos viajado tanto a lomos de este animal, recordándonos lo bonito que se ve el mundo desde ahí arriba, y lo fantástico que es tener amigos de semejante calibre: capaces de enviarte a la mierda con un sólo gesto o de decirte el afecto que te tienen con un sólo resoplo, ya sea en tiempos de paz o en tiempos de guerra, o lo mismo que decir: en las buenas, y en las malas!


Me quedo con la frase:

"Te puedo odiar más, pero nunca amar menos"