lunes, 21 de septiembre de 2015

VICKY CRISTINA BARCELONA



Pósit: Había aceptado el sufrimiento como componente inevitable de la pasión


AÑO
: 2008

PAÍS: EEUU

DIRECTOR: Woody Allen 

REPARTO: Javier Bardem, Penélope CruzScarlett JohanssonRebecca HallPatricia Clarkson,Kevin DunnChris MessinaCarrie Preston

GÉNERO: Comedia, Romance

Barcelona es sin duda el escenario ideal para que una comedia romántica como ésta de Woody Allen cobre sentido. Vicky y Cristina son dos mujeres preciosas pero muy diferentes: la primera (Rebecca Hall) tiene un rumbo fijo en su vida, un esposo ideal y una mente brillantemente ordenada, la segunda (Scarlett Johansson), en cambio, es algo caótica y se deja llevar por los impulsos propios de su bizarra juventud... 

La cuestión es que a raíz de su llegada a la ciudad para pasar unas vacaciones y su fortuito encuentro con Juan Antonio (Javier Bardem) se desnaturalizarán todos sus esquemas: Ambas se verán sometidas a la magia de lo exótico, a los impulsos más primitivos y elementales del ser humano, a la belleza de la locura, a lo poco o menos convencional... A las esotéricas reglas de lo irracional.  

Vicky Cristina Barcelona se despoja de tabúes y nos muestra la cara A y B de las relaciones pasionales y convencionales, de la gruesa línea que separa un mundo del otro, y de lo rápido, sin embargo, que puede llegar a cruzarse la línea si los elementos necesarios para componerlas están mínimamente descompensados. El amor en la relación de pareja es una meticulosa receta de cocina.

El truco del carpe diem, del disfrutar de la vida aunque ésta no tenga significado, se materializa como si fuese una fotografía, pero se difumina luego en cuadros abstractos, interpretados y diseñados por mentes disueltas en un lago lleno de contrastes, por mentes que no saben quererse bien, pero saben odiarse genial.

Esta película, sin duda, pone en evidencia los problemas más humanos de muchas parejas. En efecto, pone en evidencia el anhelo de la pasión, o la repugnancia que provoca dejar que una situación pasional se te escape de las manos cuando el muro de la realidad se ha hecho tan manifiesto que ya es imposible frenar para evitar el castañazo… ¡y qué castañazos!