jueves, 14 de agosto de 2014

REVOLUTIONARY ROAD

AÑO: 2008.

PAÍS: EEUU.

DIRECTOR: Sam Mendes. 

REPARTO: 
Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Kathy Bates, Michael Shannon, Kathryn Hahn, David Harbour, Dylan Baker, Richard Easton, Zoe Kazan, Jay O. Sanders, Max Casella, Ty Simpkins

GÉNERO: Drama. 

¿Qué hubiese pasado si Jack hubiese cabido en el trozo de madera en medio del Atlántico? ¿Qué tipo de vida hubiesen llevado Rose y Jack si hubiesen bajado juntos del Titanic? ¿Hubiese continuado eternamente ese amor incondicional, lleno de pasión, juventud y belleza? 

No. Hubiesen tenido problemas, como los tenemos todos. Hubiesen tenido que cambiarle los pañales sucios a su hijo y fregar platos como todos, solucionar disputas como cualquier pareja y soportar la rutina de la convivencia. Sino que se lo pregunten a Sam Mendes, un director de cine capaz de cargarse todo ese romanticismo excelso con tan sólo una frase, pronunciada por April en "Revolutionary Road": 

"Míranos, hemos caído en el mismo ridículo engaño: eso de tener que renunciar a la vida, sentar la cabeza al tener hijos" 

En efecto, es una película devastadora por tratar temas tan delicados como son los sueños o las frustraciones, eso que a menudo todos los humanos tenemos pero que intentamos ocultar por miedo o vergüenza. Resolverlo y retratarlo con tanta maestría es su cinealidad

Los Wheeler, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, parecen una pareja ideal, enamorada, que busca una soleada casita por Connecticut para criar a sus retoñitos entre césped y nubes de algodón. Toda su vida gira en torno a la búsqueda de la estabilidad, olvidándose que las soluciones que encuentran para forjar estructuras y normas no hacen más que alejarles de su espíritu primitivo: vivir, ser lo que uno realmente desea ser, sin ningún tipo de careta, caretas que nos hacen parecer payasos por querer mostrar constantemente lo muy felices que somos con todo lo que tenemos, cuando a menudo todo eso que tenemos y mostramos es lo que más infelices nos hace. 

¿Existe un equilibrio entre las posesiones materiales y la felicidad? ¿En qué medida necesita el ser humano tener exceso de pertenencias y recursos para vivir sin sentirse esclavo de ello, asegurarlo todo, y dejarse 3/4 de la nómina? ¿Es la riqueza o el ansia de tenerla lo que nos hace ver el mundo en el que no vivimos más exótico y atractivo? ¿Cuál es la solución para no convertir algo tan bonito como es un sueño en algo tan feo como es una frustración? 

Sólo se me ocurre una cosa: tener mucho cuidado. 










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