martes, 7 de enero de 2020

Zen

Nunca, absolutamente nunca, serás capaz de amar incondicionalmente a alguien que no se ama a sí mismo. 
Ni tampoco podrás aprender a amar a alguien si ni siquiera te quieres lo suficiente.

Me pregunto cuáles son las cantidades exactas, y dónde se compran esas cucharas medidoras que te sacan de todos los apuros cuando tu vida se acaba convirtiendo en un problema matemático. 

Pósit: A medida que empecé a quererme, dejé de ansiar tener una vida diferente, y pude ver que todo lo que me rodeaba me estaba invitando a crecer. Hoy en día lo llamo "madurez" (Charlie Chaplin)

El amor propio es ese misterio que todos damos por hecho, pero que en realidad está más marchito que todas las cosas porque nunca nos molestamos en echarle agua de vez en cuando para que florezca. 

Todo el mundo buscando el zen, el equilibrio, la estabilidad y las estupideces que nos han metido con calzador las citas célebres de esos libros que dicen que te ayudan a resolver tus problemas matemáticos con una fórmula común y global. 

Como si todos fuéramos iguales, ¿eh Charlie? 

¡Basta de balanzas! Basta también de pensar en todo, y que todo deje de ser todo, y siempre deje de ser siempre.

Casi siempre se me ha dado mejor el silencio y estampar lo que me molesta contra el suelo. 

Ayer fue el móvil, mañana será mi paciencia... Eso es lo único que me alivia cuando me doy cuenta de lo mucho que me he alejado de mí mismo. 

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