jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Qué vas a hacer con tu vida?

Cada primer jueves de mes la Filmoteca de Cataluña proyecta una película que hace referencia a la pedagogía y a la educación. La finalidad de este ciclo, llamado "educar i aprendre", es mostrar cómo el cine utiliza dichos conceptos a lo largo de sus argumentos. 

Pues bien, este jueves la película afortunada fue Good Will Hunting, una película de Gus Van Sant del 1997 protagonizada, entre otros, por Matt Damon y Ben Affleck (guionistas del film, premiados con un Oscar al mejor guión original), que narra la historia de un rebelde joven con una inteligencia prodigiosa para las matemáticas. Un profesor llamado Gerard Lambeau (Stellan Skarsgard) hará todo lo posible para que potencie todas sus habilidades, creando así un dilema en la desaprovechada mentalidad de Will Hunting: ¿qué hacer con su vida? Curiosamente, ésta fue la única respuesta que el sabelotodo no supo responder a un errante profesor de filosofía, Sean Maguire, (Robin Williams), personaje que a su vez convertirá al subversivo Will en un ser humano con una inteligencia controlada.


El film fue presentado en la sala Chomón de la Filmoteca por Teresa Sancho, profesora de multimedia, informática y comunicación en la UOC. Empezó la presentación alegando que Good Will Hunting era un fabuloso drama donde se barajaban muchos aspectos que daban lugar a un sinfín de debates. A continuación expongo algunos puntos clave que destacó: 

La superdotación intelectual: Afirmaba que en la actualidad existe una clara preocupación por diagnosticar la excepcionalidad en las aulas. La tarea del educador consiste en este caso en saber qué hacer frente a esta diferenciación en la realidad socio-educativa. Añade que son sujetos muy fácilmente identificables en las aulas, y que a pesar de que se les llama a menudo genios, en realidad se trata de personas con una virtud innata que tiene que ser observada con obejtividad y rigor para que no pase desapercibida. Los genios son su evolución, personajes que son capaces de crear artefactos o pensamientos admirables gracias al uso de una inteligencia soberbia: Will Hunting tiene el don y lo potencia y ejercita para hacerlo evidente, convirtiéndose así en un Genio de las matemáticas.

El encaje: Teresa Sancho añadía que este colectivo suele desviarse de la norma, de la ortodoxia de su entorno cercano, así como también de su entorno profesional. De ahí que a Will se le caracterice como un vándalo, no obstante, pese a esta realidad, su fascinación por las matemáticas y su desarrollo intelectual le hacen tener una realidad paralela: se vincula indirectamente con la universidad trabajando en el servicio de limpieza, realiza los problemas de los estudiantes en secreto y lee montones de libros en su habitación. 

El psicólogo: La profesora de la UOC nos hablaba también de la figura del psicólogo como algo sustancial para ayudar a los superdotados a encontrar la luz entre tantas ideas y rarezas. Fundamenta esta afirmación en la figura de Robin Williams en la película, manifestando cuan bonita y estrecha es la relación entre ellos cuando los vínculos están forjados, tanto, que cuesta definir quién es psicólogo y quién es paciente. 

La importancia de los aspectos afectivos: En la película la figura de una mujer (Minnie Driver, espectacular también en su papel en Sleepers) hace que las actitudes y las decisiones más firmes de Will Hunting se vean vulneradas. Añade que es un papel prescindible en la linealidad del film, pese a que yo lo considere uno de los más fundamentales para redondear la caracterización psicológica del protagonista, es decir, para dibujar el tránsito de un joven inteligente y arrogante a un joven inteligente y humilde, con la -también admirable hoy en día- capacidad para escuchar. 


Quizás, lo que me haya abrumado más en esta película es la visión tan poco realista que considero que se expone sobre la superdotación intelectual, me apabulla la idea de que un adolescente consiga desvalorizar hasta límites insospechados la profesionalidad, el saber y la experiencia de un profesor universitario con premios Nobel. Porque así es como se nos retrata al Profesor Gerard Lambeau, como un ejemplar de la ciencia y de las matemáticas hasta que un veinteañero lo rebaja a la condición de súbdito. La famosa frase de "el alumno superó al maestro" está en mi opinión completamente desmitificada en la relación entre este Profesor y el Alumno, principalmente porque Will nunca se comportó como su alumno, nunca aprendió nada de él, ni nada de nadie que no fuese un libro o el psicólogo Sean Maguire, su verdadero Maestro... pero en este caso, sólo de la vida.

Es curiosa además la disimilitud de contenidos que afloran en las charlas que Will Hunting tiene con el Profesor y las que tiene con el Filósofo: Por un lado los debates sobre matemáticas con el profesor parecen ser aburridos, racionales y estrictamente profesionales, en estas escenas priman las corbatas y los trajes. Por otro lado, en el desordenado y caótico despacho de Sean, las charlas abarcan temas de arte, de emociones, de colores, de pintura, de aventuras, de dolor, de tristeza, de felicidad, de objetivos, todo enmarcado entre sonrisas y lágrimas... charlas gracias a las cuales, cabe mencionar, consigue saber qué hacer con su vida.

¿Que si la la recomiendo? venga.. va.. sí, sólo porque los personajes caen bien, la historia es enternecedora, las entrelíneas cautivadoras y sobre todo: ¡Porque Danny Elfman hace -como siempre- estupendamente bien su trabajo como director de BSO!

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